martes, 12 de junio de 2012

Gotas...

Ya estamos en junio, un mes en el que la gente comienza a organizar sus vacaciones, un mes en el que muchos se acercarán a ver el mar. Yo con este artículo se lo llevo a casa, no dejen de leerlo. Es una Inspiranex llena de gotas de agua.



Recuerdo un amor, como si fuera hoy, y un verso que le escribí: “a veces el silencio entre dos gotas de lluvia suena a música”, después de bailar en el pasillo un amanecer. Mis amores siempre han sido de película hasta que llegaba The end, claro.
Pero hoy no quiero hablaros de amor, hoy vengo a hablaros de gotas, de gotas de agua, de gotas de lluvia, de lágrimas dichosas y saladas, de agua que corre por entre las piedras, del mar, esa fuente de inspiración para los artistas, fotógrafos, pintores, poetas, escultores, en suma, una fuerza de la naturaleza que me hizo sentirme pequeña la primera vez que la vi.

Corría el año 1982 y en el colegio organizaron un viaje de fin de curso. Destino: Torremolinos, ni sabía dónde estaba solo que iba a ver el mar, por primera vez. Y, la verdad, no fue lo que había estado esperando, ese color azul de las películas era por el contrario grisáceo, y no había olas. Me quedé pensando en cómo se embellecen los lugares en las películas, y regresé del viaje.
Pasaron los años y junto a otro de mis amores recorrí mas de media España, por la costa, y entonces vi diferentes mares, océanos, distintas playas, unas de arena fina, otras gruesa, unas con piedrecitas, otra llena de conchas y algas, y así hasta que un día el mar me trajo aquí, a Tenerife (como si estuviera aquí) para aprender a bucear.
Y me enamoré, esta vez de un lugar, y me dejé hundir en ese mar azul intenso, con ese oleaje aterciopelado, abrigada por esa arena azabache candente, que me obligaba a caminar de puntillas, antes de entrar en él, de acariciar mi cuerpo con su húmeda tersura, de sentir las gotas de sal entre mi vello, erizado por la emoción del instante. Soltando lágrimas dichosas al llegar y tristes al regresar a mi morada.
El agua, limpia, purifica, pero la del mar es mágica, porque lleva sal y porque guarda misteriosos tesoros, descúbranlos.

LIV
Enamorada de tu esencia
Siento que te necesito
Cerca.
Dentro.
Fuera.
A mi lado.
Sin plomos
Sin traje
Desnuda.
Quiero entrar en ti
Y envolverme
En tu húmedo
Cuerpo.

Te echo de menos. Hasta el próximo baño.

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