Si tuviera que contar una historia inolvidable hablaría de ti...una inspiranex.
Hasta el próximo instante.
Julio de 2006. Desperté temprano
porque siempre me despierto temprano y con el día tan espectacular que hacía no
quería perder ni un minuto de sol y de playa. Al muelle que me fui. Había
estado viendo el día antes como adornaban el Puerto, todo estaba lleno de
guirnaldas, habían llenado de flores la capilla de la Virgen del citado lugar, y
la gente se agolpaba paseando, había misa de nueve. En plena calle.
No sabía dónde mirar, ni qué hacer,
algo se estaba preparando ese día, aún no sabía lo importante que sería para
mí, me habían comentado que ese martes, se celebraba la Fiesta de la Virgen del Carmen, con
procesión. Estuve desayunando, cortadito y bocadillo de pata, como mandan los cánones
de la buena chicharrera que pretendía llegar a ser.
A eso de las once los amigos
aparecieron por el lugar y ya comenzamos a tomar cañitas, de esas deliciosas,
el grupo iba en aumento, conocía a cada Dorada a alguien nuevo, y ya en la
playa me tiré al mar, estaba sofocada y al mismo tiempo emocionada.
La mañana transcurrió entre cerveza
y baño, papitas, y buena conversación con los amigos.
Ya a eso de las cuatro comenzó a
sonar música en la explanada del muelle, un grupo tocaba canciones en directo,
era espectacular, mi alma estaba completamente perdida, ya no había retorno, me
estaba enamorando por minutos de aquel lugar y de sus costumbres.
Fue entonces cuando la gente se congregó
en el mismo muelle, la melodía se interrumpió por una voz aguda que venia de un
balcón, alguien le estaba cantando a la Virgen del Carmen que se acercaba hacia donde
estábamos, Y tras ella San Telmo.
De ahí a la Marina, el barco que la
conduce por los mares, que la saca a dar un paseo. Los hermanos que la portaban
se turnaron y se alejaron dejándonos allí, pendientes de su regreso.
Nunca olvidaré mi primera fiesta del
Carmen, ni la segunda, ni la tercera y última, por ahora. Y es que no veo el
momento de volver a emocionarme viéndola aparecer por la calle Santo Domingo.
A la Virgen del Carmen
Un arco iris
Adorna mi muelle.
Chasquidos.
El color va mudándose
A lo largo de las horas.
Son las 6:00.
Flotando llegan
El y ella,
Ella y él.
Se rompe el silencio
Y mi alma.
Me rompo.
Se abre el puerto
Y deja que llegue
La brisa del Carmen.
Volveré…
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