jueves, 1 de abril de 2021

Aquella tarde de primavera...

Hace unas semanas me propusieron escribir unas letras para el Especial de Semana Santa que el periódico digital Zamora 3.0 iba a sacar en estas fechas, en papel. Todo giraba en torno a fotos antiguas, de los años cuarenta y cincuenta.

Por supuesto, acepté.

Por necesidades del guion (1300 caracteres), tuve que recortar un poco la historia, pero bajo la imagen podéis leerla completa.


Aquella tarde de primavera

—¡Vamos! La procesión está a punto de salir —Lolita recogía el cuarto de estar al tiempo que los críos daban saltos y reían alrededor de ella. Mientras, la abuela doña Josefa mordisqueaba con cuidado una aceitada.

—¡Haced caso a vuestra madre! —soltó con brío; zamorano, para más señas. Y acercándoles un plato volvió a interpelar —¡Tomad un trozo de rebojo,  esto os dará fuerzas para la tarde!

Era Jueves Santo.

—¡Manolito! —Doña Conchita estaba planchando un pañuelo blanco.

—Dígame, madre —un joven ataviado con una túnica morada la miraba desde el umbral de la puerta de la cocina.

—Ten. Ya está listo —le dijo entregándole la tela que el joven se colocó en el cuello—Brilla el sol, hoy pasaréis calor.

Era Jueves Santo.

—Andrés, querido, ponte la corbata nueva —Carmina se estaba arreglando para salir junto a su esposo. Este siguió su consejo y se colocó la que ella le había regalado en Navidad. Su mujer terminó de ajustársela.

—Cuando pase la procesión, podríamos tomar un chocolate en la cafetería de la Plaza Mayor —propuso su esposo cariñosamente.

Era Jueves Santo.

Su primera cita, Ricardo miraba por entre la gente. Se había puesto unas gafas de sol para dar un toque dandi a su indumentaria. Quería causarle una buena impresión. María llegaría en breve. La procesión le cerraba el paso. Tendría que esperar. Delante había una tropa de niños nerviosos. Su madre intentaba hacerles callar. Ricardo supuso que la anciana situada al otro lado de los chicos sería su abuela. Más allá un matrimonio de punta en blanco atendían a pie de calle. Y un poco más allá, una mujer se emocionaba al ver aproximarse a los cofrades. Y él, solo pensaba en María.

Era Jueves Santo.

 

Toda imagen guarda una historia confeccionada a base de vocablos y un hilo de sentimientos: procesión, aceitadas, rebojos, pañuelo, túnica, morada, sol, cita, nervios, atender, emocionarse, cofrades, Jueves Santo.

Todas las imágenes pretéritas guardan recuerdos que se reviven al volver a verlas.

Era Jueves Santo, pero podría haber sido Martes o Viernes.


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