Y para allá fuimos desde el hotel, Santi, Quique, Eileen y yo para este acto simbólico tan mágico en el que, como comenté en la entrevista que la televisión me hizo en San Telmo, intento con ello que los hilos invisibles que nos unen en tierra buceen también para que si en el futuro alguien "pesca" este "mensaje en una botella", yo estaré encantada de contestarle y escribir una nueva historia de viajes.
Hasta pronto.
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